
Atravieso un mal momento, en el que me dan ganas de mandar al peo todo y a todos. En estos casos, es mejor no acercarse a menos de dos metros de mi. El origen, como no, el exceso de trabajo y el tiempo atmosférico, una combinación letal de necesidad. El trabajo en la
asesoría se terminará -espero- el 1 de agosto, aunque seguro que a lo largo del mes sale alguna chorrada y algún cliente dará por saco. El trabajo en
Planeta se aletargará un poco -aunque no mucho- durante agosto -aunque hay lanzamiento importante- y con la
Tienda pasará lo mismo, previsiblemente. Espero que lo único que me ocupe la cabeza sea la
Mereth, ya que aún hay cosas pendientes por terminar (os invito a participar).
Pero mientras los asuntos pendientes van muriendo uno a uno, me encuentro agobiadísimo. Si mi mujer tiene la suficiente paciencia y no termina matándome, y mi niña me respeta un poco, creo que pasaré el mal trago. La verdad, hace mucho que no tengo vacaciones verdaderas, y es hora de que me toque por fin. Las cosas van muy bien, pero necesito desestresarme como el comer.
Como muestra de mi deplorable estado actual, la foto que acompaña a estas líneas. ¡¡Ayudaaa!!