viernes, noviembre 18, 2005

¿Estamos criando niños gilipollas?

Vale, alguno/a dirá que estos días estoy criticón y metica, y probablemente tenga razón. No estoy de mal humor, ni en esos días ni mi situación personal ha empeorado, más allá de un simple resfriado que espero se pase pronto. "El otro día se mete con la iglesia y ahora con la educación, este tío no descansa, a ver si echa más polvos". Bueno, nunca vienen mal más polvos, eso está claro, pero tampoco ando escaso, ni por echarlos voy a dejar de criticar cosas, no tengáis esa esperanza :-D

Con la que se está montando estos días con la educación, y con el nivel que tienen los niños y adolescentes de este país de ídem, este tema debería ser el estrella en nuestras conversaciones, y no la religión. Tanta iglesia y tanta leche, y de lo que de verdad tendríamos que hablar es de la paupérrima educación que les damos a nuestros púberes.

Desde que tengo uso de razón, el colegio no era para los niños y adolescentes en general un lugar para aprender cosas que uno desconocía. Era el lugar donde estaban tus colegas, tus amigos, donde podías echar unas canastas, donde los profes te daban el coñazo para que aprendieras algo... el que sacaba notas o sabía más de la cuenta era un asqueroso empollón, y tenía muchas papeletas para ser apartado del grupo. Huelga decir que la cultura española lleva viviendo siglos de rentas pasadas, la inversión en ésta o en investigación es realmente indecente e impropia de un país supuestamente "avanzado".

Todo esto sigue igual que hace décadas, y da la impresión de que no hay las suficientes ganas de cambiarlo o falta acierto en el intento. O un poco de todo. Casi hasta hemos aprendido a ignorarlo convenientemente echando la culpa a la televisión, a los videojuegos, en fin, a todo y a todos menos a uno mismo. Pero hace años que, al perro flaco educativo español, galgo paupérrimo, vago, roñoso y pulgoso, le salieron nuevos molestos huéspedes.

Los niños de ahora no son, por supuesto, como antes. Nada lo es, hay que desengañarse, y cada generación dice de la posterior lo mismo. Pero no por reiterativo deja de ser cierto. Los niños y adolescentes españoles de ahora no tienen educación, se manejan con unos pocos cientos de vocablos, se intoxican con la televisión (que por cierto, cada día es más vomitiva), se los come la publicidad, el Sueño Americano, dependen del móvil, de la ropa y la peluquería de moda y de los cantantes triunfitos jóvenes y sin talento. Si leen un libro es porque el profe les obliga, aunque intentarán sacar los resúmenes de por ahí antes de sufrir el cavario de prestarle la mínima atención, por el periódico ni preguntamos, no digamos ya por el telediario o por los documentales. Como mucho, programas del corazón, "reality" shows, galas de la primera, telenovelas (las chicas),... esa es la cultura que reciben los jóvenes españoles. Y así nos va. Sólo piensan en "triunfar" como sus ídolos con la ley del mínimo esfuerzo. Esperan que un día les descubran y algún cazatalentos les lance a la fama, ya sea para cantar, bailar o meterse con otros en programas basura.

Cada vez que veo a un niño o a un adolescente metiéndose con su madre porque no le puede comprar un videojuego, una camiseta de moda o unos zapatos, o no le puede dar una paga mayor porque sus "colegas salen a la disco todos los fines y yo no puedo, rata", me hierve la sangre. ¿Acaso los padres no pueden ser claros con los niños y decirles lo mucho que cuesta hoy en día sacar una familia adelante? ¿Acaso no pueden con ellos? Vale que la publicidad les acosa, y esta sociedad, donde el aparentar lo es casi todo, les condiciona de tal manera que les importa más seguir sus dictados que sus propios progenitores, pero... ¿no hay un límite?

Pensemos que estos niños y adolescentes tarde o temprano se encontrarán con la dura realidad, con lo difícil que es pagar un piso, encontrar un trabajo, pagar el agua, la luz, el gas, la ropa, la comida, el colegio,... ¿No sería mejor que les preparásemos desde el inicio para afrontar la dureza de la vida en lugar de mantenerles en una burbuja mediática hasta el final? Si quieren ser algo tendrán que estudiar, poner interés, formarse como personas, aprender lo perversa que puede ser la sociedad y sus medios de comunicación, e incluso aquellos que les van a explotar laboralmente. Un sujeto que sólo sirve para consumir no tendrá más fin que ser a su vez explotado. Y eso estamos creando, una sociedad consumista más que productora de bienes, de ideas, de riqueza en general. Criamos niños y adolescentes gilipollas, embelesados por los oropeles del sistema que nos toca vivir. Ignorantes de que, tras todo ese glamour que aparentemente se ve, hay un mundo real que deberán afrontar por sí mismos. Y muchos no saben ni leer ni escribir correctamente, ya no digo sin faltas de ortografía. Les falta vocablo, experiencia de lectura, costumbre al redactar, comprensión en general...

Y los padres buscan responsabilidades en cualquier lado que no sean ellos mismos. Como Elf-moon me ha recordado, éstos piensan que el colegio es una mera guardería, un "aparcamiento" de sus hijos, sin importarles si aprende algo o no. Y eso es dolorosamente cierto. Si un padre quiere de verdad darle a su hijo una buena educación, ni el sistema más inoperante puede impedirlo. Pero es más sencillo culpar a medio mundo antes que a uno mismo. Si llegan las vacaciones y se tiene unos días libres, pues páselos usted con sus hijos y edúqueles. Y sino, no se queje luego. Los niños son meros espejos de nuestra conducta.

Somos la primera generación que vive en este país en democracia... y tal vez por esa falta de conciencia de lo valiosa que es la libertad personal hemos dejado caer a nuestros hijos de nuevo en las garras de la sociedad. Les hemos hecho de nuevo esclavos. ¿Acaso no aprenderemos nunca?