martes, diciembre 30, 2008

Regalo de navidad: masacre en Gaza (o en Dos Pinos)

Como regalito de navidad y buenos deseos para 2009, Israel ha decidido que ya está bien de aguantar morteros y ataques de los palestinos, y ha decidido atacar Gaza por aire y previsiblemente por tierra, masacrando a activistas y civiles palestinos. Podría haber titulado esta entrada como Masacre en Dos Pinos, en honor a Kill Bill, de Tarantino, pero he preferido ser un poquitín más serio y subtitularla así nada más. Me ha costado, porque en cierto modo, este ataque no hace sino escenificar una larga comedia trágica que dura ya varias décadas. La entrada, que no espero que nadie lea, ya que llevo desde octubre sin actualizar, es más bien un descargo personal que otra cosa.

El descargo que pretendo tiene varias razones de ser. En primer lugar, la muerte de seres humanos... es siempre atroz, máxime cuando están involucrados civiles cuasi-inocentes. Sé que puede llevar a un ejército a masacrar a civiles, pero no deja de doler la sangre fría con la que se hace. Supongo que años de sufrir ataques insensibilizan, sobre todo cuando tu única posibilidad de supervivencia pasa por agujerear cuerpos de otras personas.

Y ahí está la segunda razón de este descargo. Me pregunto si es siempre sólo el débil el que necesita protección... en oriente próximo. Es decir, nos estamos llevando las manos a la cabeza por la actitud fascistoide de Israel, pero... ¿los palestinos son inocentes de este derramamiento de sangre? La respuesta, evidentemente, es NO. Nadie es inocente en oriente próximo, dicen quienes saben de esto por encontrarse cerca, y servidor, pese a estar a más de 3.500 kilómetros y no vivir en situación de guerra rutinaria y permanente, puede entenderlo. Porque si la guerra se ha convertido en una rutina en los Territorios Ocupados, sea declarada o soterrada, ésta implica a toda la población, sea israelita o palestina.

Si algo necesita protección en oriente próximo no son los israelíes, con su primo de zumosol estadounidense, ni los palestinos, con la opinión pública europea y los fondos de ésta, sino la paz. Y la paz sólo se conseguirá cuando los dos bandos se harten de matarse y decidan negociar en serio y cumplir sus promesas. Y como la paz aún no es posible, y se ha matado tanto, ha corrido tanta sangre por parte de los dos bandos, siguen silbando las balas, las piedras, los morteros y los misiles.

Vamos con un poco de historia, ya que nadie tiene la razón por entero. Aprovecho para pedir perdón por las inexactitudes que otros más expertos que yo en este tema puedan encontrar... por supuesto, se les llama Territorios Ocupados por una buena razón. Las potencias occidentales quitaron la tierra a los palestinos y se la dieron a los israelíes, y esto aún escuece, y mucho. Los palestinos perdieron tierra y los israelíes la ganaron a costa de ser previamente masacrados por el nazismo. Tras la derrota del Imperio Otomano, la Sociedad de Naciones otorgó a los británicos la administración de Palestina, denominación que entonces incluía a Israel, Cisjordania
(incluida Jerusalén Este), la franja de Gaza y Jordania. En 1946, la mayor parte de este territorio se utilizó para el establecimiento de una "entidad" árabe, la Transjordania. Al año siguiente se decidió partir el territorio en dos países, uno árabe y otro judío, una auténtica chapuza que mezcló en unos y otros terrenos a población heterogénea de uno y otro pueblo, que dejó odios de puerta a puerta que aún hoy perviven. Los judíos aceptaron y los árabes dijeron que nones.

El mandato británico sobre aquel territorio finalizó en 1948, año en que los judíos proclamaron la fundación del nuevo estado israelí. Por supuesto, los palestinos pusieron el grito en el cielo y no reconocieron al Israel emergente. David Ben-Gurión estuvo listo, pero inició un conflicto que está lejos de superarse, y que se inició con el inicio de la primera guerra árabe-israelí, con el intento de invasión del estado judío por parte de Líbano, Siria, Jordania, Iraq y Egipto. Tras meses de anexiones, quítame este territorio y balazos por todas partes, la guerra terminó con la fundación de Jordania, y el engrandecimiento territorial de Israel... y por medio multitud de desplazados, muertos y damnificados. La comunidad internacional, harta de guerras, reconoció la nueva partición.

En 1964 se funda la OLP, la Organización para la Liberación de Palestina, y el nombre de "palestinos" comienza a tomar cuerpo entre los que hasta entonces sólo se llamaban a sí mismos "árabes" o "jordanos", y también a crearse la conciencia de un futuro estado palestino. Por supuesto, esta denominación ha pervivido y hoy parece ser el símbolo por excelencia de la lucha de un pueblo oprimido. No estoy tan seguro de que esto sea tan real.

En 1967 estalla la Guerra de los Seis Días, en la que Israel, en una operación relámpago, golpea a sus enemigos Líbano, Siria, Jordania, Iraq y Egipto, y reconquista varios territorios previamente anexionados por éstos. Con el paso de los años, tanto Egipto como Jordania renunciaron a recuperar estos territorios, y fueron los primeros en reconocer como estado a Israel. Que remedio... con un fusil en la boca hasta San Pedro canta.

En 1991 se desarrolló la Conferencia de Paz de Madrid entre los palestinos y los israelies, que tenían como misión la creación de un estado árabe en la franja de Gaza y en parte de Cisjordania. Tras dos años de tira y afloja, y los Acuerdos de Oslo en 1993, el Israel de Ariel Sharón comenzó a retirarse de los Territorios Ocupados, que quedaron bajo la administración de la OLP de Yasser Arafat. Entre medias, intifadas palestinas y batidas israelíes amenazaron las negociaciones, como es común en aquel lugar. Ambos bandos se provocaban entre sí para ver cual perdía la paciencia y se ganaba la desaprobación de la comunidad internacional, pero también los dos se hicieron acreditativos de ésta. Para muestra un botón: el primer ministro israelí Ehud Barak llegó a ofrecer a los palestinos el 95% de los territorios en disputa, pero bastó la presencia del halcón Sharón en la mezquita de Al-Aqsa de Jerusalén para que estallase una intifada. Valiente gilipollez. A punto estuvieron de solucionar el tema, pero una simple chispa bastó para mandarlo todo al traste una vez más.

Los israelíes siguieron replegando su ejército de los territorios ocupados, medida que finalizó en el 2005. Por supuesto, retiró su ejército, pero sin entregar su administración a nadie en concreto. Esto contribuye aún más a exacerbar los ánimos palestinos, aún a pesar de la retirada del ejército, y también facilita las operaciones militares israelíes, por estar estas tierras en un limbo legal muy discutido por las partes. Un ejemplo de estas operaciones es la incursión de estas navidades.

Y hay un punto muy importante... Israel proclama que los ataques a su territorio provienen de la propia autoridad palestina, cuando podrían bien provenir de grupúsculos más liberados de una autoridad central definida. Pero esto no lo tiene en cuenta el estado judío, que ataca casi indiscriminadamente a paramilitares y a civiles.

¿Cómo conciliar el derecho a la tierra que proclama un pueblo y el derecho a la legítima defensa que proclama el otro cuando precisamente el origen de las hostilidades se debe a la disputa de las tierras que ocupan? Ambos tienen derecho a defenderse, y que uno lo haga con más medios que otro no da o quita razones ni a unos ni a otros.

Como siempre, el auténtico débil es la paz...