miércoles, marzo 09, 2005

Pito Pequeño

Vale, España no tiene el poderío militar de los Estados Unidos, ni sus habitantes, ni su superficie... pero de ahí a considerar que los españoles tenemos el pito irremediablamente pequeño ¡MEDIA UN ABISMO!. Vale, mi pito no es precisamente como el de Nacho Vidal (para mí que se lo estira todos los días, ya le veo puesto cabeza abajo con una pesa en el pito, para que la gravedad le ayude) pero se defiente muy bien.

No sé que fiebre les ha dado, la verdad... me tienen frito. Desde hace semanas no hago más que recibir correos con jugosas ofertas de alargamiento de pene. Que yo sepa no ha venido ningún inspector a calibrar el tamaño de mi cosa, a no ser que por la noche se cuelen como los Reyes Magos en las casas y levanten los gallumbos al personal para medir los instrumentos sexuales de los machos ibéricos. Además, los encargados de tan desagradecida labor seguro que son chicas, porque todo les debe parecer poco... no es solo a mi parece: últimamente hay una avalancha de ese tipo de correos (esta palabra, dicha aquí y ahora SÓLO TIENE UN SENTIDO, ¿vale?).

Vale, todos los tíos queremos un pito más grande, nos da igual el tamaño que tengamos de serie. Y además estamos absolutamente convencidos de que esto nos garantizaría una actividad sexual mayor, ya que las tías se volverían locas por nuestra herramienta mostruosa. Sobre la veracidad de esto habría que preguntar a las chicas, claro, seguro que ellas tienen opiniones contrapuestas, pero digamos que a nosotros no nos importa mucho: burro grande ande o no ande.

Y los americanos, parece que conscientes de esto, se han planteado la mayor operación de márketing de la historia: ¡todo el mundo a aumentarse el pito! Pues no me da la gana, oiga, mi novia aún no se ha quejado. Y cuando lo haga ya me cambiaré de novia, que no se preocupen los de los Estados Juntitos: ¡Mi cosita no me la toca nadie!