lunes, julio 21, 2008

Todo lo que empieza... tiene un final

De Matrix y de la Teoría de la Conspiración del PP aprendimos que todo lo que empieza, tiene un final. No importa si el inicio está marcado por violines, corazoncitos volando o por un tortazo. Todo lo que empieza también termina, para bien o para mal. Y es mejor finalizar algo cuando aún uno puede apreciarlo como algo parecido al sabor original que tuvo que ver como se pudre solo.

Por esta razón siempre he sido un ferviente partidario de la eutanasia, ya sea en cuanto a personas se refiere como en cuanto a otro tipo de cosas. Nunca entendí esa manía que tiene mucha gente con alargar las cosas, vayan como vayan. Ojo, hay gente que sigue junta a pesar de no tener nada en común, simplemente por el que dirán, por si acaso las cosas vuelven a ser como antes,... ¡yo qué sé! No digo que no existan razones, que las hay, uno mismo las siente cuando algo no va bien, pero dejar morir algo de mala manera...

Hay personas y cosas que a lo largo de mi vida he aprendido a querer. Y me han proporcionado momentos inolvidables. Por eso, cuando la relación con alguna persona o con alguna cosa no va bien y no veo posibilidad de recuperación, tiendo a buscar una solución amistosa pero definitiva. Y estoy pensando que en torno a las mereth ha llegado el momento de hacer algo así, de transformarlas en otra cosa menos arriesgada... en simples kdds sin más trabajo adicional que el de aparecer juntos en determinado lugar.

No es que vayan mal, seguimos pasándonoslo bien, muy bien... son el contrapunto antiestrés del año, pero las condiciones en las que se tienen que organizar y el poco tiempo disponible para quienes lo hacen de forma habitual hacen más difícil el tema cada vez. Soy el primero que las echaría de menos, pero... quizá esta que se celebrará en agosto debiera ser la última. Se agradecerían pareceres...