lunes, octubre 04, 2004

Mi virus y su circunstancia

Hola, soy un virus. Por si no lo sabías vengo para quedarme, infectar todo tu sistema vital, dejarte hecho unos zorros y no abandonarte hasta mi último aliento. Y cuando estés por los suelos ya hablaremos tú y yo de condiciones. Vas a rendirte con todo el equipo, y chitón, eh, no digas ni mu que tengo la sartén por el mango: puedo hacer que te duela la cabeza, el trascuello (que dice un primo de mi novia, para mí que es nuca), la espalda y si me descuido tus partes pudendas. Ojo conmigo, gusano...

Joder, y yo pensando que era una simple gripe comenzando a invadir sigilosa y torpemente mi sistema vital. Una mierda.

Una gripe se declara, te dice: "eh, tú, que estoy aquí, como no te vayas a la cama y te tomes algo te veo jodido una semana". ¿Y tú qué haces? Pues nada, te tomas un Frenadol o una aspirina efervescente, depende de lo insoportable del dolor, y te vas a la cama con leche caliente y los cálidos abrazos de tu novia. Con este virus no. Tiene todos los síntomas de mi amiga la gripe, pero resulta que, aunque te tomes agua bendita a garrafas, él sigue como si tal cosa. Joder, que me tomé un combo Frendadol+Leche caliente con miel y ni flowers. Es más, creo que me dió tanto calor (aquí estamos que ardemos normalmente) que empeoré y todo.

El muy cabrón no te dice quién es. Si hasta en las guerras (salvo ignominiosas excepciones) un país declara formalmente la guerra a otro, éste se da por enterado, y comienza a prepararse para la tangana. Pero el puto virus ni respeta las tradiciones: se cuela por cualquier orificio (sí, los más escatológicos a saber qué estaréis pensando, pero coño, tiene que colarse por algún lado) y comienza a infectar. Y como tenemos unos médicos tan increíblemente eficaces, atentos y profesionales, nos enteramos enseguida de lo que tenemos.

Voy al médico porque me siento hecho unos zorros: me muero de sueño ya a la hora de comer, sino antes, me duele todo, sobretodo donde alojo el cerebrín, me mareo más las domingas de Marujita Díaz todas las mañanas cuando hace footing, ando desganado,... todo esto desde hace unos días, y hasta entonces no me ha dado por molestar a su augusta presencia médica. Pues bien, entro.

Vaya, por una vez, llegar y besar el santo. Aparezco y adentro. Me siento, y cuando se supone que el garrulo debería atenderme, me suelta un: "¿oye, no te importa?, tengo que rellenar unos partes de esa señora de ahí afuera". Y claro, no le vas a soltar: "oye, maromo, que estoy muy ****** y tengo que irme a trabajar en 15 mins. Qué va, tú tienes educación y le dices: "faltaría más, usted a lo suyo". Total, yo sólo he venido de visita, a preguntar cómo le va a su mujer y a sus churumbeles, que hace mucho que no nos vemos.

El maromo se pasa como 7 minutos a lo suyo. No los conté, más preocupado estaba de fijar la vista en un punto y que no se me fuera, ya que temía que sino lograba concentrar los ojos, me daría un leñazo contra el suelo. Llegados a un punto, el maromo parece darse cuenta de que, como no empecemos, me voy a dormir ante sus narices, así que, albricias, comienza a "atenderme". Las comillas las entenderéis enseguida :-P

Una semana antes me había hecho un análisis de sangre, aprovechando que este "médico" tenía fiesta ese día. Vamos, le conozco bien, aunque me estuviera muriendo no me hubiera dado hora para un análisis, así que usé tácticas enaniles con él. Bien... el maromo tarda media hora en encontrar mi análisis, le echa un vistazo de... no sé, unos pocos segundos y se pone a ordenar expedientes, mientras me acosa a preguntas. Le digo lo ****** que estoy, ni más ni menos, desde cuando, síntomas, etc.

Y aquí empieza la parte más surrealista de la cosa: "sí, los síntomas que comentas son propios de Hepatitis, pero vaya, no la tienes" (menos mal, pensé yo, el tío es listo, ya va descartando, por algo se empieza). "Podrías tener una infección, pero vaya, no la tienes tampoco" (coño, dos menos, ya nos queda menos para la Enciclopedia de la Medicina). "Los síntomas conducen a una alergia, pero tampoco parece que la tengas" (¡¡tres, tres, tres... a este paso será la consulta más larga de la historia, entraré en el Guiness y me haré famoso!!)... y así un largo rato.

Vamos, al final el maromo dice que no tiene puñetera idea de lo que le pasa a mi cuerpo y que "vamos a controlarlo" (eufemismo de "vete a tomar por culete y no me molestes con casos de CSI"). Parecido a lo del año pasado. La misma historia: voy con todos los síntomas anteriores más fiebre. El mismo análisis de sangre (bueno, esta sangre era más añeja), y la contestación es: "Bueno, tú no te tomes nada durante una semana, ni Gelocatil ni nada, y luego vienes, no vaya a ser que los medicamentos trastoquen los resultados y no sepamos que te pasa". Sí... fiebre, hecho mierda y no me voy a tomar nada durante una semana. Ni agua bendita. Al final de la semana, el brillante matasanos concluyó: "será un virus". Y aquí paz y después gloria.

¿Cómo me he enterado de lo que tengo? Por la tele. No, no ha sido un médico: por la tele. Tiene huevos. Y en el telediario. Joder, en vez de ir al médico, la próxima vez me trago todos los telediarios. "Un virus con síntomas de gripe. No le hacen efecto los fármacos, tiene que curarse él solo". Y para esto pagamos la Seguridad Social. Joder, la próxima vez que me retengan pelas en la nómina diré: "no, no, mi parte para Tele5".

Inauguro el Blog

Bueno, empiezo este blog. Se trata de una ideilla que hace poco que ha cruzado por mi mente. Nunca he tenido un diario, y todos mis pensamientos los registré siempre en mi pequeño cerebrito. Ni que decir tiene que, digan lo que digan los especialistas, el receptáculo neuronal donde almacena uno sus vivencias tiene fondo. Sï, con el tiempo ciertas cosas las empiezas a olvidar, se desparraman por los bordes y se pierden. Quizá las recuperemos cuando nos entre el Alzheimer y sólo recordemos las cosas más lejanas... en fin, a lo que íbamos.

He decidido crear este blog, donde diariamente soltaré aquello que me venga a la cabeza, bueno y malo, que de todo hay. No sé adonde llevará todo esto, pero seremos valientes. Aún más, parece una solemne soplapollez, ya que tengo mi propia
web, con un bonito foro, y encima me paso media vida en el chat, y tengo amigos a morir, pero ya ves, me apetece hablar sin tapujos en otro lado de lo que sea, aunque sea del grano que me ha salido hoy en la frente.

Y si alguien se pasa y le apetece leer lo que sale de mi cerebrín... pues al menos espero que se pase un rato divertido. Que la fuerza me acompañe.