jueves, junio 15, 2006

Curso prematrimonial

Y llegó el día. Un día temido, francamente. Quien se pase por aquí a menudo habrá leído sobre mi proberbial odio a la iglesia, y mis críticas más o menos fundadas a sus directivos (uso esta palabra porque se comportan como una empresa). Y por supuesto, que uno tenga que meter su querida cabecita en las fauces del león da rile. Y es que el riesgo no me suele poner.

El domingo pasado teníamos 4 horas de un curso prematrimonial muy curioso. De entrada, tenía miedo de soltar todo lo que pienso sobre sus normas, puntos de vista y comportamiento, y que me echasen de allí en menos que canta un gallo al grito de "¡¡cuidado, Fieles, es el Antricisto, vigilad, podría adoptar otras formas!!", mientras me apaleaban fervorosamente. Pero no, se comportaron. Primera sorpresa. Creía que los fieles sentían las presencias malignas como mi chucha siente los chorizos del pueblo. Habrá que ser menos creyente en el futuro...

Esperaba que el sacerdote nos entrevistase en pan grupito, pues íbamos 12 parejas al mismo curso, con preguntas y respuestas, etc. Pero no... nos dividieron en dos grupos y un chico y una chica casados (entre ellos), y fieles a la religión católica, se encargó de provocar un debate sobre distintas cuestiones candentes en torno a la pareja. Fue realmente instructivo: nos preguntaron sobre que significaba para nosotros el amor, el respeto al otro, nuestra sexualidad, si teníamos pensado tener churumbeles, sobre la convivencia diaria, y como no... sobre si éramos creyentes y teníamos pensado formar una familia bajo el protector paraguas de Dios.

Ellos proponían la cuestión e íbamos haciendo rondo charlando sin tapujos de nada. Ni siquiera la pareja entrevistadora se cortó lo más mínimo en cuestiones de hijos, convivencia, SEXO... vamos, la tía hasta confesó que le gustaba horrores practicarlo a todas horas, pero que con los hijos había tenido que moderarse un poco. No estuvo mal, me divertí bastante, pese a las 4 horas de tostón, pero empecé a mosquearme cuando llegamos al tema de la religión. Y es que sino yo no sería yo :-D

Nos preguntaron si creíamos, y curiosamente nos tocó primeros en el rondo. No diré lo que cree mi novia, pero es distinto a lo que yo creo. Dije que ni por asomo creía en un Dios como el que proponía la iglesia, y que ésta como institución no me merecía la confianza suficiente como para depositar en ella mis creencias más íntimas. Y por supuesto, que comparto el mensaje de amor, fraternidad y amistad pero no las formas que utiliza la iglesia. Tal cual, sin paños calientes... y les cayó bien. No salía de mi asombro, yo que esperaba una reacción más virulenta. Claro que echando un vistazo a las razones que daban las otras parejas de porque habían elegido el matrimonio religioso... los había que ni "creían ni dejaban de creer", que "era más bonito por l iglesia, menos de pega que lo civil", así que al menos lo mío, si bien hereje total, al menos era razonado :-DDD Es más, lanzó un rapapolvo a las parejas que decían esto, por asegurar que si uno se casaba por la iglesia debería tener cierto compromiso con ella, y no casarse porque sí. Pero en fin, a mí me pareció demasiado virulenta la cosa. Luego, tras casi las 4 horas, nos hicieron pasar a las 12 parejas con el cura, que ya nos dió consejos sobre la boda en sí y la firma del "contrato" que nos iba a unir. Pensándolo bien, no sé porque lo entrecomillo, porque es de veras un contrato con sus cláusulas y todo, hablando de Dios y la familia, el respeto al otro y tal... da miedo :-D

En fin, con estos cursos al menos la iglesia da otra imagen... salvo en cuestiones religiosas, el resto fue una charla bastante entretenida y didáctica... ¡quién lo hubiera dicho! :-D




P.D.: Agradezco a la iglesia que no me persiguieran llamándome Antricristo y golpeándome... por ser sincero. No pude evitarlo :-DD