martes, octubre 26, 2004

Jóvenes Despreocupados

El otro día, en pleno debate sobre una espinosa cuestión en una sociedad cultural a la que pertenezco, alguien, refiriéndose a un grupo de nosotros que opinábamos distintos a él, usó el término Jóvenes Despreocupados para definirnos. El contertulio en cuestión es un ferviente católico, navega de forma acostumbrada a contracorriente y no suele utilizar mucho el diálogo directo, aunque eso sí, es un entendido en ciertos temas, y da gusto escucharle.

Pasando por alto que, llamar Joven Despreocupado a una masa de gente heterogénea que va desde los 17 a los más de 40 años de esa forma es inexacto y probablemente malicioso, mi inquisitiva y peligrosamente divagatoria mente comenzó a bullir.

Apartándonos del tema anterior... ¿alguien en su sano juicio considera que la juventud es momento de pocas preocupaciones? Se tiende a pensar, que si uno tiene entre 16 y 22 años, por un lado, ni eres ya un niño, ni te agobian los problemas que cualquier adulto sufre. Pero claro, esto lo dice mayormente quien está ya pasando los cuarenta, y ve con una curiosa mezcla de idealización y añoranza esa época. Pero joder... yo ni loco quiero volver a pasar por aquello.

Claro, no tienes hipoteca por pagar, no tienes hijos, no tienes novia/o (como mucho saltas de flor en flor probando néctar de unos/as y otros/as sin cansarte nunca), no tienes trabajo (ni tienes tiempo, probando tanto néctar), la moto y su gasolina te la pagan tus padres (no te fijas en el precio del barril de Brent, ni buscas la gasolinera más barata), la matrícula del insti o la uni te la pagan tus padres (por esa razón hasta pasas de ir a clase a veces, o te sientes obligado a ir, cuando lo que tú quieres es pasarte el día de farra con los/las amigotes/tas), te pones la ropa que quieres (y no tienes que pensar en qué coño dirá tu jefe si te ve aparecer con la chupa de cuero y los brazaletes de pinchos y un tatuaje en plena muñeca), puedes ser grosero en casi cualquier parte (total, coño, eres joven, sólo se vive una vez), no tienes porque leer periódicos ni ver telediarios (coño, para qué, no necesitas saber el precio del barril de Brent, lo que no van a subir los sueldos, la revisión del Euribor de las hipotecas, la subida de los precios,...),... etc, etc.

Parece, según algunos, que no tengas ni que pensar. Vamos a analizarlo friamente, que coño, todos hemos sido jóvenes. Primero de todo: no sabes quien coño eres, ni lo que serás de aquí a cinco minutos: vives en una total incertidumbre personal. Tus hormonas revolotean por tu cuerpo como un enjambre de enloquecidos grillos que sólo saben darse contra las paredes de una olla una y otra vez: tienes la líbido por las nubes, no sabes controlar tu cuerpo, no paras de buscar néctar (y de otras cosas innombrables), saltas a la menor ocasión, no razonas: discutes, no vives: consumes, no tienes un puñetero duro (ahora euro), y si quieres algo, has de mendigarlo a tus padres (con los que has tenido ya mil discusiones y mil "¡pues me largo de esta puñetera (censurado) casa!") o... trabajar.

¡Jajajjajajajajaajjajajajajajajjjajaaaaa jajjajajajajjajaja juasjuajausjsjausjuasjuasjuasjuasjuas xDDDD jejejejjeejee ahahahahhaha hehehehe jajajajaja!

Bueno, paro ya, que se me va a desencajar la mandíbula... me hace mucha gracia eso de "nene, si quieres dinero para tus cosas, búscate un trabajo". Los que ya somos adultos, tenemos comprobado que conseguir un trabajo es dificilísimo, incluso trabajos mierdas para los que "estás sobradamente preparado". Porque ojo, eso también es un defecto en el mercado laboral de hoy. Para un joven (y para un adulto), es igual o tan malo no tener experiencia en nada, como tenerla sobradamente. Un joven que no tenga titulación universitaria, como mucho optará a un McDonalds o a un Burguer King. Pero tampoco, porque ojo, he visto ahí trabajando a gente que seguro tenía los 30. Ser joven en el mundo laboral significa trabajar muchas horas, tener un sueldo bajísimo y estar puteado ("¡señor, sí, señor!")... y eso si tienes la suerte de encontrarlo.

Para mí la juventud es el momento más sincero del ser humano, el más puro. Luego el mundo te moldea, te pule, te esculpe para adaptarte a sus inconfesables y sucias leyes, y finalmente... no te reconoce ni la madre que te parió. Un joven no tiene reparos en decir lo que piensa, sea bueno o malo, ni se guía por convencionalismos ni clichés. Piensa una cosa y la dice. Es como un niño, pero con más capacidad de pensamiento y raciocinio. Lo malo es que carece de experiencia, no sabe que el mundo te moldea ni te pervierte, y por tanto, no entiende a los adultos. Ese foso entre ellos resulta insalvable.

No quiero decir que los jóvenes sean la voz que haya de guiar al Mundo. Nada más lejos. Si fuera por ellos no pararíamos de hacer el amor y no la guerra, escucharíamos más a aquellos que menos voz tienen, seríamos más respetuosos con el medio ambiente, nos atracaríamos de golosinas todo el día, tendríamos más conciencia social y política,... y claro, eso nos arruinaría. Dejaríamos de explotar a países pobres que no pueden defender sus recursos, nuestro país se inundaría de sin papeles, no cazaríamos ballenas, no almacenaríamos residuos radiactivos, no haríamos la guerra porque no pararíamos de follar y no nos daría tiempo...

¿Saben qué les digo? Voy a cogerme la máquina de de H.G. Wells y volveré a mi juventud, pero ya... no pararía de hacer el amor (si la guerra me deja tiempo), y sabiendo lo que sé ahora, no repetiría los mismos errores. Un Joven Despreocupado. No suena del todo mal, aunque no sea realista...