viernes, diciembre 30, 2005

Como un niño con zapatos nuevos

Nunca me he considerado un niño, ni siquiera a cierta supuestamente inocente edad. Hasta que yo recuerdo, siempre he pensado como un adulto: digamos que la tontería se me quitó pronto. O me la quitaron. Mi vida hasta cierta edad tuvo un sesgo bastante triste, aunque no voy ahora a derramar lágrimas de cocodrilo añorando cosas que nunca tuve. La vida se encarga de que, de una u otra forma, si lo meceres y tienes la mínima suerte (confieso haber tenido una poca, siempre terminan sucediéndome cosas buenas incluso a partir de las malas) de compensarte. Segurísimamente mucha otra gente ha tenido una vida mucho peor que la mía, soy consciente de ello. Pero en fin, a lo que iba, no recuerdo haber pasado por el estadio de "niño". Siempre me empujaron a ser un adulto, eso sí, tutelado y vigilado hasta la náusea, y perdí tanto mi niñez como mi adolescencia. Años más tarde me vengué gentilmente de todo aquello, y recuperé por turnos mi niñez y mi adolescencia: ahora he llegado a un punto en el que, aún adulto, a veces me comporto como un niño porque me da la gana, porque simplemente, a veces es sano.

Dice mi novia que yo, aunque parezca otra cosa desde fuera, de serio no tengo un pelo, y aunque pelo tengo ya poco, de serio tengo aún menos. Quien me conozca un poco sabe que no hago más que parir chorradas, que muchas veces estoy de guasa (sí, mis coñas son pelín raras a veces, pero yo soy así xD) y que me río más de mí mismo que de otros. Y sobre todo, soy pelín irreverente... en fin, soy como me da la gana, al fin como me parieron, y no como me condicionaron a ser.

Pero hay algunas cosas que consideraba perdidas para siempre, y que poco a poco, atónito, voy recuperando. El otro día os conté que mi novia me regaló una guitarra, que podéis ver en un post cercano, y estaba como un niño con zapatos nuevos... me sorprendí a mí mismo mucho, pero ayer volví a tener la misma sensación. Los suegros nos han regalado una pedacho cámara digital, que podéis ver en toda su magnificencia pulsando sobre la imagen Nuestra cámara: la Nikon D50. Es una Nikon D50, una semiréflex digital estupenda con un montón de especificaciones (los que sepan algo del tema pueden echarle un vistazo mucho más completo en este artículo, donde pone todo lo que la niña esta sabe hacer. Es más, la hemos estado probando un poco y... ¡hasta me saca guapo en las fotos!, yo que siempre he salido de pena en casi todas las instantáneas que me sacan (la fotogenia no es uno de mis dones precisamente).

En fin... mi parte de niño saliendo a la luz.