martes, enero 18, 2005

Fortaleza

Para muchos el término "fortaleza" tiene un significado meridiano y obvio. Algo es fuerte cuando es resistente, duro, perdurable.

Sin embargo, para mí la fortaleza es otra cosa, es algo mucho más sutil que todo eso. Siempre he creido que aquel que se adapta a las circunstancias que le tocan vivir, por duras que estas sean, aquel que es capaz de aumentar su resistencia contra más duras sean las condiciones, aquel que contra menos tiene menos necesita... es el más fuerte. Flexibilidad y adaptabilidad. Eso es fortaleza.

"¿A cuento de qué viene todo esto?", seguro que os estáis preguntando (yo lo haría en vuestro caso). Hoy, en el blog de mi amiga Meliam, he leido un post que me ha conmovido. Hace ya mucho tiempo, concretamente 21 años, que su padre no está con ella. Un día le encontró en casa, sentado en el sofá, muy muy enfermo, con heridas en las manos, por haberse clavado las uñas aguantando los dolores, tragándose su drama.

Simplemente, el hombre estaba aguantando su dolor para que su mujer no se derrumbara. Habló con mi amiga, entonces una jovencita, y se lo confesó... su mayor agonía consistía en que jamás conocería a sus nietos. Le comentó que lo sentía por su mujer, que siempre había sido la más fuerte de los dos.

Hoy mi amiga tiene dos preciosísimas niñas adorables, de las que su abuelo se hubiera sentido orgulloso de narices, y vive feliz junto a su marido, una buena persona (en realidad un cachondo mental). La vida le sonríe por fin, con altibajos como a todos, pero hoy (como seguro todos los días) ha pensado en su padre otra vez. Tal día como hoy, hace 21 años, falleció el hombre, un hombre fuerte que supo tragarse su dolor para que otros fueran un poco más felices.

Y ahora me pregunto... ¿quién era más fuerte, la madre de mi amiga o su padre? Que cada uno juzgue. Ojalá, si alguna vez me ocurre algo así sepa actuar yo con la misma entereza, o al menos con la mitad. Eso es fortaleza, y amor.

La vida trató duramente a mi amiga durante cierta época de su vida, como a algunos. Pero eso no la ha amargado, nunca: es una de las personas más vitales, cabales, buenas y sensatas que he conocido, no sé si lo que ha pasado le ha dado más fuerzas y otra perspectiva, y a final ha logrado sacar algo bueno de todo aquello, pero me atrevo a decir que es más fuerte que muchos y muchas que conozco.

Un abrazo, Meliam :-*******