martes, abril 10, 2007

Griponcio del quince

No, la gripe no me ha vencido. Menudo tiene que ser el vendaval para que un catarro me tumbe. A mí me jode vivo la tensión, pero esa es otra historia, más truculenta y de la que ya se ve el final. Pero no hace falta que un virus se introduzca en tu sistema inmune para sufrir sus efectos.

Sonia, inmunodeprimida como cualquier embarazada, decidió que no tenía suficientes cosas con las que lidiar y este jueves comenzó con la fiebre típica de un griponcio del quince (como la vea otra vez caminar descalza la dejo sin crusanes). Lleva todo el puente con escalofríos, lógicas subidas de azúcar por la fiebre y algo de acetona. Tiembla más que un tren indio de pasajeros a rebosar cuando le empieza a subir la fiebre. Y claro, entre que está embarazada y la diabetes, apenas puede tomarse un Gelocatil de 1gr. cuando le sube a más de 39ºC.

Y a mí me toca cuidarla, claro... con el jodido virus intentando tumbarme también a mí. De momento, mi sistema inmune no se deja, pero comienzo a tener alguna molestia. Y el dormir a deshoras (la nena se despierta con escalofríos de madrugada) no ayuda. En fin, a ver si pasamos esto... y no ocurre como dicen: cuando una embarazada coge un catarro, no lo quita hasta el final. ¿Una gripe de 4 meses? ¡¡NOOOOOOOOOOoooooooooooooooo!!!


ACTUALIZADO

Al final no era una gripe, sino una infección de riñón. La tuvieron tres días en el hospital y ahora está en casa con tratamiento antibiótico, bastante mejor :-D